Carmen Angoloti, Duquesa de la Victoria: Una apasionante vida
Con la celebración del centenario de su heroica participación como enfermera en la Guerra del Rif es un buen momento para recordar la apasionante vida de esta enfermera, María del Carmen Angoloti, su contribución a la profesionalización y modernización de la Enfermería en España,
Este 2021, se celebran cien años su heroica participación como enfermera en la Guerra del Rif, al norte de Marruecos. Al frente de un grupo de jóvenes enfermeras con las que organizó cuatro hospitales con unos criterios de asistencia y cuidados de vanguardia, es un buen momento para recordar la apasionante vida de esta enfermera. María del Carmen Angoloti, con su contribución a la profesionalización y modernización de la profesión en España, jugó un papel importantísimo en la formación y el fomento de la Enfermería. Su dedicación profesional y altruista por los heridos y enfermos, sin olvidarnos de la defensa de los derechos y capacidades de la mujer cuyos principios defendió con el trabajo diario, hizo de ella una excelente profesional y una magnífica gestora de los hospitales que ayudó a crear y dirigir.
Nació en Madrid en 1875, hija del presidente de la Cámara de Comercio y senador. Con apenas diecisiete años contrajo matrimonio con el oficial de caballería Pablo Montesinos Espartero, primogénito de los duques de la Victoria, de quien recibió el título de duquesa. Vivió en Berlín, donde su marido era agregado militar, hasta que fue destinado a un puesto en la Casa Real de Alfonso XIII.
En 1911, Carmen Angoloti fue nombrada dama de la Reina, lo que le exigía acompañar a la reina Victoria Eugenia de Battenberg a las actividades de su agenda. La estrecha relación que mantuvieron ambas mujeres la llevaron a ser, además de amigas, la mano derecha de la reina en el desarrollo de las actividades sociosanitarias. Colaboró en la fundación de varios dispensarios antituberculosos en Madrid de los que fue vocal y secretaria.
La relación con la sanidad le llevó a iniciar los estudios de Dama Enfermera de la Cruz Roja, cuerpo dedicado al voluntariado sociosanitario. La Reina, que era la directora de la Cruz Roja Española, consciente de la importancia de la formación de las enfermeras, la envió a Londres para que aprendiera el funcionamiento de la prestigiosa Escuela Nightingale y los conocimientos de vanguardia que se impartían sobre los cuidados de enfermería, para poder aplicarlos posteriormente en los Hospitales-Escuela de la Cruz Roja en España.
De vuelta a España pudo poner en práctica los conocimientos aprendidos en el Hospital-Escuela que se llamaría Hospital Central de la Cruz Roja Española. En el que, además de colaborar con una importante aportación económica para acondicionar las instalaciones del antiguo centro sanitario a la docencia, fue nombrada presidenta de la junta de hospital y se encargó de la gestión docente del Centro.
Además de ejercer la enfermería en pabellones, dispensarios, quirófanos y laboratorios, formó parte del equipo de "Damas Enfermeras Visitadoras" que realizaban visitas domiciliarias a pacientes que no se podían desplazar al consultorio para realizar labores sociosanitarias. En julio de 1921, junto a un pequeño grupo de enfermeras, tuvo el bautismo de fuego al estrenarse en el trabajo de enfermería de guerra, en el conflicto del Rif, tras el “Desastre de Annual” donde murieron once mil soldados españoles.
La reina la envió con la misión de organizar los hospitales de la Cruz Roja Española y la asistencia de las Damas enfermeras a los heridos en Melilla. Aunque el recibimiento no fue el esperado, se pusieron manos a la obra y en tiempo récord consiguieron habilitar unas escuelas como centro hospitalario. Durante cinco meses, además de realizar dirección y gestión hospitalaria, trabajó como enfermera en el frente prestando servicio en los puestos quirúrgicos de campaña, empleando las últimas tendencias en la aplicación de los cuidados de heridos.
Al regresar a Madrid, se incorporó al servicio ordinario del Hospital Central además de ser nombrada inspectora general de todos los Hospitales españoles en el norte de África.
En 1931, con la proclamación de la II República, tuvo que abandonar España hasta julio de 1936. Lamentablemente, pocos días después dio comienzo la Guerra Civil. Junto a su marido y su hermano fueron detenidos por milicianos republicanos, pero gracias a la actuación del agregado de negocios de la Embajada Argentina pudo ser excarcelada y adquirir asilo político. Su marido y su hermano no tuvieron la misma suerte.
Tras la guerra regresó a Madrid asumiendo el cargo de administradora del Hospital de Leganés. Y posteriormente fue nombrada presidenta de los Hospitales de Cruz Roja en España. Fundó 15 nuevos hospitales y supervisó toda la red hospitalaria a nivel nacional, continuando vinculada especialmente al Hospital Central y a la Escuela de Enfermeras de Madrid prácticamente hasta su muerte en 1959.
Su heroísmo y su trabajo, ejemplo y guía para todos los profesionales de la salud, tuvo el reconocimiento de toda la sociedad y todo el espectro político de la época. Sin embargo, hoy en día es una gran desconocida.
El reportaje completo de la Duquesa de la Victoria se publicará íntegramente en el nº 126 de la revista Noticias de Enfermería
Comentarios
Querría saber si ne puede enviar su dirección de correo electrónico para hacer una consulta sobre la duquesa de la Victoria.
ResponderGracias por leernos
ResponderGracias por leernos
ResponderJccriado@gmail.com
Responder