La Enfermería aragonesa pide valentía a Gobierno y ciudadanía para permitir seguir creciendo a la profesión

Con motivo de la celebración este 12 de mayo del Día Internacional de la Enfermería, el Colegio de Enfermería de Zaragoza ha celebrado un encuentro informativo con los medios en el que han participado la presidenta de Zaragoza, Teresa Tolosana, y la presidenta del Colegio de Enfermería de Teruel, Concha Gómez.

Las enfermeras aragonesas reclaman más autoridad y autonomía para desarrollar sus funciones y explotar así todas sus capacidades. Ese es uno de los mensajes lanzados este jueves en el encuentro celebrado en el Colegio de Enfermería de Zaragoza entre las presidentas provinciales de Zaragoza y Teruel a los medios de comunicación con motivo del Día Internacional de la Enfermería.

Las presidentas de los colegios de Zaragoza, Teresa Tolosana, y Teruel, Concha Gómez, han manifestado el derecho de las enfermeras a visibilizar el trabajo que realizan, sobre todo en el actual contexto, y a alzar la voz para que los políticos y ciudadanos tomen en consideración lo que las profesionales aportan al conjunto de la sociedad.

Teresa Tolosana ha querido dedicar los primeros minutos de su intervención a recordar que “la Enfermería lleva dos años consecutivos en primera línea contra la COVID-19” sin olvidar que la pandemia no ha terminado.

Afortunadamente, tal y como ha recordado, la actual incidencia, a pesar de encontrarse en un momento de alza epidemiológica, no está generando el mismo impacto en los servicios de urgencias y hospitalarios. Todo ello gracias a la masiva campaña de vacunación llevada a cabo por las profesionales.

“Estamos hablando que, en Aragón, según los datos de Transparencia de la semana pasada, el 91.86% de la población censada a 1 de enero de 2020 mayor de 5 años con una dosis. Y el 89.83% con pauta completa”, ha indicado Tolosana, quien ha añadido que esto son, en cifras totales “más de dos millones y medio de vacunas, y si extrapolamos al conjunto del Estado la cifra se acerca a los 95 millones de dosis puestas por enfermeras y enfermeros”.

Es precisamente, y así lo ha señalado la presidenta de las enfermeras de Zaragoza, cómo en un contexto de máxima dificultad, la profesión de la Enfermería muestra su valía, crece y se crece: “La Enfermería moderna nace en medio de la Guerra de Crimea gracias a Florence Nightingale”.

Una guerra que ahora se cita mucho por la situación de Ucrania y donde las fuentes históricas no se ponen de acuerdo de cuántas vidas se cobró. Sin embargo, tal y como asegura Teresa Tolosana: “Florence Nightingale sí que extrajo la cruda lección que la falta de cuidados de calidad a los heridos mataba diez veces más que las balas o la metralla”. 

 

Situación de la Enfermería

Por su parte, la presidenta de Teruel, Concha Gómez, ha sido la encargada de desgranar las problemáticas que afectan a la profesión, más allá de las cuestiones estrictamente laborales.

Gómez ha puesto de relieve cómo después de haber pasado más de diez años desde la entrada en vigor del Espacio Europeo de Educación Superior y el consiguiente paso de diplomada a graduadas no ha afectado a las enfermeras.

“Estamos hablando que una egresada en Enfermería, con los mismos créditos cursados, 240, con la misma capacidad para realizar un posgrado o doctorarse tiene en la Administración pública una categoría inferior a otros profesionales del mismo nivel académico”, ha explicado Teresa Gómez quién ha ido más allá.

La demanda de ser reconocidas con la categoría A1 no es sólo una cuestión económica. Se nos está limitando el acceso a puestos de gestión y administración en el Sistema Nacional de Salud; se está condicionando nuestro acceso a financiación para programas de investigación porque una enfermera, con categoría A2, no puede ser ‘investigadora principal’, según la actual normativa. Algo que no es así”.

Por ello, ha urgido a la Administración a que tome medidas dado que esta cuestión, el no reconocimiento de la categoría, es sólo “la muestra” de cómo de forma sistemática se “infravalora o infrautiliza a las enfermeras”. Un hecho que, unido a cuestiones como la temporalidad de los contratos y los salarios, torpedea la línea de flotación de las plantillas sanitarias.

“Tenemos problemas graves para hacer que nuestras enfermeras se queden en nuestra Comunidad. En especial en puestos de difícil cobertura como es el ámbito rural. Una profesional enfermera dotada de autonomía y herramientas propias para desarrollar sus competencias puede ser el revulsivo necesario paliar ese déficit”.

“Básicamente lo que decimos es que necesitamos una Enfermería motivada. Y esto no sólo se logra con cuestiones como el salario. Se ha de explotar todo el potencial que tiene la profesión”, ha añadido Teresa Tolosana que ha manifestado que “de nada sirve invertir en formación cientos de miles de euros en profesionales a las que luego no se les va a ofrecer ninguna expectativa”.