Enfermeros españoles en la guerra de Vietnam

España participó en la guerra de Vietnam. Lo hizo con una misión sanitaria de ayuda humanitaria desde 1966 hasta 1971. Y si esta misión es desconocida; aún lo es más que en su mayoría estuvo compuesta por enfermeros, casi el 60%.

Contexto histórico

Tras la Conferencia de Ginebra, Vietnam quedó dividido en dos mitades. Vietnam del Norte procomunista y Vietnam del Sur pro-occidental. Los Estados Unidos se implicaron en el conflicto, primero con asesores y posteriormente con el despliegue de tropas que paulatinamente fue aumentando hasta sobrepasar el medio millón en 1968. El Presidente Johnson solicitó a los países aliados algún tipo de ayuda para dar una imagen de aprobación internacional. Franco no quiso enviar tropas, pero al conocer la precaria situación sanitaria del país accedió a enviar un pequeño equipo sanitario formado por enfermeros y médicos militares.

Protagonistas de la misión

La misión se denominó “Misión Sanitaria Española de ayuda a Vietnam del Sur”. El primer contingente estaba compuesto por doce voluntarios: Siete enfermeros, un intendente, tres médicos generalistas y un radiólogo. Todos ellos militares.

Estos siete enfermeros fueron:

Teniente

  • Manuel García, laboratorio.

Subtenientes

  • José Bravo, cirugía.
  • Francisco Pérez, anestesia (entonces competencia enfermera).

Brigadas

  • Ramón Gutiérrez de Terán, cirugía.
  • Joaquín Baz, reanimación, pediatría y curas postoperatorias.
  • Juan Outón, cirugía y sala de mujeres.
  • Juan Pérez, quirófano y consultas externas.

En los dos relevos posteriores también participaron:

El Teniente Carlos Castellanos Ramis y los Brigadas Antonio Pérez, Carlos Varea, José Bello, Elías Arnal, Francisco Sousa, Lorenzo Vellido, Bonifacio Heras, Manuel Grañas, Francisco Sousa.

Muchos de ellos repitieron rotación y alguno las tres.

Comienzo del viaje

El día 8 de septiembre de 1966 aterrizaron en Saigón donde los recibió un suboficial norteamericano que al verles les preguntó:

- “¿Cuántos sois?”

- “Doce”.

- “Pues volveréis cinco o seis”.

Con esta bienvenida tan alentadora comenzó una aventura que duraría cinco apasionantes años.

El Hospital de Go Cong

Su destino fue el Hospital Provincial de Go Cong, ciudad de 30.000 habitantes en el delta del rio Mekong, muy próxima a Saigón, cuya economía se basaba en el cultivo de arroz.

El hospital era un viejo edificio colonial compuesto por pabellones aislados en los que se alojaban las consultas, quirófano y las salas de cirugía, medicina interna y pediatría. Con una capacidad de 150 camas era insuficiente para la población que atendía.

Por las mañanas realizaban cirugías, consultas y visitas a salas, las tardes se dedicaban a la atención de los enfermos graves, confección de historias clínicas y urgencias, y por las noches hacían guardias localizadas.

Para la atención y cuidado de los enfermos hospitalizados había una plantilla de voluntariosas enfermeras vietnamitas, y la alimentación de los enfermos solía ser responsabilidad de los familiares, siendo la base de la dieta el arroz.

Sanidad preventiva y asistencial

Los pacientes atendidos eran en su mayoría mujeres, niños y ancianos, afectados por enfermedades tropicales, fiebres tifoideas, tuberculosis, hepatitis, diarreas, cólera, incluso lepra. En la consulta de pediatría las diarreas, paludismo, disentería, parasitosis intestinales y hepatitis eran las enfermedades más usuales. Y las urgencias dependían del periodo de actividad bélica, bien heridos por disparos, explosiones de minas y bombardeos de Napalm, o politraumatizados por accidentes de tráfico.

Además visitaban aldeas de la región donde atendían a los pacientes en la calle y los enfermeros, ayudados por un traductor, entregaban medicinas para paliar enfermedades endémicas. También realizaban campañas de vacunación entre la población infantil y el tratamiento de aguas para dar solución al mayor problema sanitario de los poblados.   

Con el tiempo los sanitarios españoles se enteraron de que su clientela en los poblados era en su gran mayoría del Vietcong o simpatizantes. Aun así, y contra la voluntad de los norteamericanos, nunca hicieron distinción entre enfermos de un bando u otro, por lo que nunca fueron atacados por el Vietcong.  

Aprendizajes

Fue la primera misión de la sanidad militar española en el exterior.

Supuso una experiencia para misiones posteriores en cuanto a logística sanitaria y preparación técnica del personal, algo actualmente integrado en la formación continuada de los enfermeros militares.

También por lo aprendido de la sanidad militar americana, en aquel momento la más avanzada del mundo tanto en el tratamiento de bajas como en aeroevacuaciones, las actuales “MEDEVAC” que diariamente han estado realizando nuestros enfermeros militares durante los últimos años en las misiones de Afganistán.

Además se dieron cuenta de que la enfermería era una profesión mucho mejor considerada y con más autonomía de la que ellos conocían.

 

Final del viaje

Aunque fueron condecorados tanto por las autoridades de Vietnam del Sur como por los Estados Unidos, el reconocimiento en España solo se reflejó en su hoja de servicios, tan solo la familia fue a recibirlos.

Y así fue como terminó esta aventura vietnamita, poco reconocida y casi olvidada, llena de experiencias humanas y profesionales en la que un grupo de enfermeros españoles, pioneros en la ayuda humanitaria en conflictos armados, dieron los primeros pasos para conseguir la Enfermería Militar moderna y operativa que tenemos en la actualidad.

Para leer el artículo completo acceda a la Revista Noticias de Enfermería nº 108

 

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Comentarios

  • 11 de Octubre de 2022 - 14:18

    Hola!!, me encanta tu forma de realizar el contenido, el mundo necesita mas gente como tu

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    • CARLOS CRIADO 17 de Diciembre de 2022 - 12:42

      Gracias por tu comentario. La intención de estos artículos es divulgar las desconocidas historias de nuestra apasionante historia y sus protagonistas, valorándolas desde el respeto y el rigor.. Magníficos profesionales, en muchos casos héroes y heroínas, que dejaron huella; que en unos casos por perversas razones intencionadas desde fuera de nuestra profesión, y por nuestra propia desidia en la mayoría de las ocasiones, quedaron en el olvido de la verdadera memoria histórica de nuestra maravillosa profesión,

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